En el Amazonas
Heiko Bleher, ni más ni menos, aquel que ha leído algo de acuariofilia más que nada de biotopos y viajes de colecta de peces, seguramente ha sabido de las crónicas de este gran descubridor de especies y gran explorador de las aguas dulces del mundo.
Recuerdo que desde chico ya leía sus aventuras, las cuales me hacían volar la imaginación visitando diferentes lugares en el mundo, buscando esos peces que tanto anhelamos los amantes de la acuariofilia, ni más ni menos , Heiko Bleher nos haría participar de una de sus expediciones, una de las cuales sería muy especial ya que nunca jamás el hombre blanco había llegado a estos lares siendo nosotros los primeros en explorar los peces de la zona del Río Jandiatuba, más precisamente en uno de sus afluentes el Río Boa Vista.
Siempre le consultábamos a Heiko sobre discus o algunos otros peces de nuestras expediciones pero siempre estuvo la idea de pescar juntos en el Norte argentino y así aprender muchísimo de una de las leyendas vivientes de la acuariofilia. Pero surgió esta expedición con el plan de recorrer el Río Jandiatuba en el Amazonas Brasilero, un río nunca explorado ictiológicamente, pero más que nada Heiko estaba interesado en sus afluentes de agua negra, por este motivo el objetivo era uno de los afluentes principales del Jandiatuba el Río Boa Vista.
Este río es aparentemente de aguas negras lo cual no fue tan así cuando lo miraríamos con nuestros propios ojos ya que sus aguas son mezcla de agua negra con agua blanca, aunque muchos de sus pequeños igarapés que abastecen al Boa Vista son de agua negra.
Todo estaba coordinado para que nos encontráramos en Leticia, Colombia. Esta pequeña ciudad capital del Departamento del Amazonas, de unos 40000 habitantes y ubicada al extremo sur de Colombia es el punto turístico colombiano del Amazonas. Leticia posee varias atracciones para los turistas como son hoteles en la selva, excursiones a ríos cercanos o bien una isla de monos, llamada la isla de los Micos. Leticia es una pequeña ciudad con supermercados, varios hoteles y hasta un aeropuerto con dos vuelos diarios desde Bogotá uno de Avianca y otro de Lan Airlines (2014). Pero algo que no es común en las ciudades es que esta limita con Tabatinga homónima de Brasil y Santa Rosa un pequeño poblado ubicado en el lado peruano, de esta forma estaríamos en una triple frontera entre Colombia, Brasil y Perú, con habitantes descendientes de nativos en los tres poblados pero con diferentes costumbres de vida.

La triple frontera reflejada en nuestra embarcación con las banderas de Colombia (arriba) Brasil y Perú (debajo)
Nosotros llegaríamos un día antes que Heiko y los otros, ya que queríamos ser previsibles algo muy importante en el Amazonas y menos mal que así lo hicimos ya que nuestro equipaje había quedado en Bogotá, luego de un vuelo Buenos Aires – Lima – Bogotá – Leticia, así que nos encontrábamos en Leticia pero sin ninguna de las maletas tanto la mía como la de Enrique y así permaneceríamos 48 horas.
Al día siguiente en uno de los tantos reclamos de equipaje en el aeropuerto e investigando un poco los pasajeros del vuelo que arribaría en unos minutos nos dicen que Heiko Bleher estaría en él, por lo tanto luego de llenar los formularios y rogando por el equipaje y los equipos, nos quedamos una hora más esperando por Heiko y los demás.
Fue así que nos juntamos en el aeropuerto junto al resto del personal para la expedición, un alemán, un australiano, dos ingleses y dos argentinos a los que luego se sumarían dos personas locales que ya los voy a presentar.

En la salida del aeropuerto de izquierda a derecha: John Lenagan, Enrique Alfredo Rodriguez Soler, Tom Green, Marcelo Fernández, Heiko Bleher y Chris Englezou.
El equipaje todavía no llegaría, aunque sólo 30 horas después una de nuestras maletas era la única embarcada a Leticia, por lo cual el 50% del equipo para la selva estaba en mano, faltaba la de Enrique. Pero la vida no sería tan fácil tampoco para Heiko, a él le retrasarían los permisos de exploración para el río Jandiatuba, lo cual la salida se demoraría un día más.
La planificación del viaje ya estaba estudiada y esa misma noche hicimos un repaso de todo con Domingo, el dueño de la embarcación, Heiko y Esteban (un agradable descendiente Ticuna, una de las comunidades nativas de la zona). Esteban había estado trabajando mucho tiempo con investigadores de monos unos nueve años aproximadamente, también había guiado a exploradores en busca de especies de ranas durante mucho tiempo y obviamente ha guiado a Heiko en otras aventuras, él nos comentó que últimamente trabajaba con muchos pescadores deportivos. Es una persona muy conocedora de la selva y muy observadora de la fauna del lugar, él me comentaba que su sueño era seguir trabajando con los micos (monos) y que tenía muchas notas para en un futuro, escribir un libro. Esteban o Steven como lo llamaban también podría imitar el sonido de todos los micos y casi todas las aves que nos cruzarían volando sobre nosotros. Hay que saber que la mayoría de los nativos en Amazonia aman la naturaleza y se crían desde muy pequeño respetándola y viviendo de ella, de hecho en Leticia hay afiches de concientización de la pesca de parte del gobierno colombiano.

Heiko con la charla final la noche antes de la salida a la expedición Jandiatuba, al lado Esteban un nativo Ticuna, Domingo con camisa rayada dueño de la embarcación. Parado observándolo todo, Enrique.
El grupo estaba compuesto por Heiko, John Lenagan, australiano nacido en Trinidad (Caribe) un fotógrafo muy bueno y que había realizado algunas fotos para National Geographic, Chris Englezou, un joven inglés que creó la compañía de alimento de peces C. E. Essentials, Tom Green, también inglés y criador de peces, Steven nativo Ticuna, Domingo el brasilero dueño de la embarcación, Enrique compañero de aventuras y yo.
El día anterior Heiko se había encargado de comprar las provisiones, las mismas que durante el viaje él mismo sería el encargado de administrarlas ya que su experiencia era fundamental para un viaje de este calibre en donde estaríamos 9 días prácticamente en la selva como también abordo del bote todo el tiempo y muchas veces no podemos predecir si habrá pesca, si hubiera algún peligro con la embarcación o bien cualquier problema con el clima que nos obligara a quedarnos más tiempo. Heiko siempre hacía hincapié en el agua a llevar por ser muchas personas optando por llevar unos 4 litros por persona en aquellos que no bebieran el agua del río, obviamente hervida, y unos 2 litros para los que sí, el tema es que al ser 8 personas 3 de ellas 4 litros cada una y los demás 2 litros cada una eran varias botellas que entre todo el equipaje, las tiendas, los equipos, redes etc., el volumen habitable de la embarcación quedaba cada vez más chico, sin contar que aparte del motor principal llevaríamos 1 motor más de repuesto y otro motor para cuando la profundidad fuera escasa.
La expedición saldría a las 4:30AM del 3 de Septiembre pero el equipaje de Enrique en un acto milagroso lo mandarían a la 1:30 AM de ese mismo día con un charter que traería turistas de Bogotá para un famoso hotel en la Selva, afortunadamente el milagro se cumplió y la parte faltante de nuestro equipamiento estaría para esta expedición.

”Cascarudo” a la salida del aeropuerto por la noche nos topamos con este Coleoptero del tamaño de una pelota de tenis.
El 3 de Septiembre de 2014 por fin había llegado, fue y será un día muy especial para mí. Finalmente luego de una lista de impedimentos la expedición partiría hacia el Río Jandiatuba, con una duración planificada de 8 días, parando en puntos pre establecidos por Heiko que previamente él había seleccionado utilizando el google earth, una herramienta importante para este tipo de exploraciones.
La embarcación nos estaría esperando en el puerto de salidas y llegadas privadas de Tabatinga (el lado de Brasil), el acceso a la embarcación se hace llegando por unas maderas puestas en forma de puentes colgantes y puedo asegurar que llevar todos los equipos haciendo equilibrio en esas maderas puede ser algo muy entretenido ya que algunas de estas no están fijas y suelen moverse o arquearse.
El primer trayecto seria de unas 8 largas horas hacia el poblado de San Paulo de Olivenca, último punto de civilización junto a la desembocadura del río Jandiatuba, En este poblado prácticamente con toda su población nativa y caboclos parece ser un punto estratégico en el Río Solimoes, ya que su puerto tiene un movimiento bastante agitado. En este pueblo ya vimos algunos peces que son utilizados para consumo humano, pero siempre llaman la atención a los amantes de los peces.
Luego de almorzar cómodamente emprendimos el viaje por la desembocadura del Jandiatuba siempre charlando de acuarismo con Heiko y los demás, tocando varios temas entre ellos la reproducción del Discus Heckel, algo que sólo unos pocos han logrado y Heiko conocía a la mayoría de ellos.
Hasta ahora la vista de las márgenes del Río Solimoes dejaban un sabor amargo y triste, era muy habitual ver como se desmoronaba la costa cayendo al agua grandes árboles de años de vida inclusive palmeras, dejando a la vista el corte de tierra sobre el río. El problema, nos decía Esteban, era que las dragas del Río Solimoes pasaban muy cerca de la costa dejando una gran profundidad paralela a la misma, eso hacía que no se forme playa y la erosión hídrica haga el resto, lo más llamativo de esto es que Heiko nos decía que hace 50 años la vista del Solimoes era totalmente distinta y nada que ver a lo que ahora se podía observar, ya que hoy en día estas costas están prácticamente todas dedicadas a cultivos y ganado y los pocos lugares forestados que quedan están desmoronándose a un paso devastador, inclusive este hecho lo pudimos observar varias veces en vivo, tan es así que pudimos ver en varias ocasiones el momento exacto en que un árbol de más de 20 años caía al agua llevándose consigo vegetación más pequeña y una gran parte del sustrato y lo más lamentable es que no fue casualidad ya que en el regreso por este mismo río lo observamos dos veces más.

Obsérvese las márgenes del Solimoes “cayéndose” al Río por el dragado constante para los grandes navíos y por las dragas buscadoras de oro (así a lo largo de kilómetros y kilómetros).
Por suerte entramos en la boca del Jandiatuba, en su desembocadura hacia el solimoes y comenzamos a subir este río. Lo primero que siente uno al entrar en este río es que se percibe el poco contacto humano. El Jandiatuba desemboca a unos pocos cientos de metros de Sao Paulo de Olivenca y así y todo solo en la boca se ven algunos asentamientos de comunidades nativas, muy pocas y todos cerca de la desembocadura, Algunas de ellas están protegidas por el gobierno brasilero y está prohibido el paso hacia el contacto con los nativos, en otras no hay ese impedimento aunque en esta zona el nativo es reacio al contacto con el hombre blanco. Por ejemplo, algo habitual en el Amazonas que es el saludo entre las embarcaciones, no se daba en esta zona y lo pudimos comprobar varias veces saludando a distintas canoas y muchas de ellas no respondían el saludo.
Pero todo tiene una explicación y como en casi todos los problemas del amazonas termina siendo culpable el hombre blanco ya que en estas aguas en sus primeros 120 km de recorrido río arriba cruzamos unas 7 balsas buscadoras de Oro, dragando el Rio y “comiendo “ su costa destruyendo las zonas aledañas a esta y ahora nos preguntamos: Cómo el nativo no va a estar reacio al hombre blanco?
En el camino habíamos cruzado varias balsas buscadoras de Oro y también unos pequeños Igarapés que si bien no paramos, Heiko los tenía en agenda para luego en el viaje de regreso chequear que especies poblaban sus aguas.
Heiko se centraba en los afluentes pequeños de aguas negras que abastecen al Jandiatuba y aunque el objetivo era el principal afluente del Jandiatuba llamado Rio Boa Vista, como faltaban 500 km de viaje, la primer noche paramos en un pequeño afluente sobre el Jandiatuba, llegamos una hora antes que anochezca y a unos pocos metros de nuestro campamento divisamos un pequeño arroyo que abastece a este afluente del Jandiatuba, es un arroyo pequeño de unos 150 cm de ancho en el cual pudimos pescar algunos Carácidos, Aspitogramma y Crenichicla sp. Luego cayó la noche de repente, era una noche de mucho calor unos 30 grados calculo, luego de que Esteban nos prepare el suelo armamos nuestra carpa, los ingleses Tom y Chris y el australiano John usaban hamacas para dormir, los nativos dormían en la embarcación y Heiko y nosotros usaríamos tiendas.
Comenzamos la preparación de la comida con agua negra del afluente del Jandiatuba cocinando unas exquisitas sopas italianas que Heiko había traído, Enrique se encargaría de prepararlas tras las rigurosas técnicas de cocción de Heiko, luego el mismo cocinero se encargaría de servir los platos de sopa que apoyados sobre el piso se llenarían, todo acompañado de un té negro con agua negra del río, una delicia en medio de una selva muy cerrada, húmeda y calurosa.

Las famosas sopas preparadas con agua negra del río y cocinadas por la mano maestra de Enrique (de blanco como un verdadero Chef).
Luego de la cena hicimos unas pasadas con la red y a la luz de las linternas pudimos pescar algunas especies las cuales describo a continuación algunas de ellas pescadas en el pequeño arroyo y otras sobre el mismo margen de este afluente arrojando los siguientes parámetros : Ph 5,45, Conductividad 7 y temperatura 26C° en la noche.

Dos diferentes tipos de Apistogramma sp. Heiko nos dirá en unos meses si alguno pertenece a una especie nueva.

Una especie hermosa con reflejos azulados impresionantes, están en cardumen por doquier en la zona Tyttocharax aff madeirae

Aquí la pesca de la noche pensando en el almuerzo del día siguiente, unos boca ancha ( Ageneiosus sp. ) y el boquichico llamado por los colombianos ( Prochilodus sp.)
Cuando llego el momento de irnos a dormir teníamos que definir con Enrique como sería la estrategia para entrar a la tienda, la cual habíamos dejada cerrada para que ningún insecto pudiera ingresar, entonces el plan consistía en despojarnos de todo lo que teníamos pegado al cuerpo como ser mosquitos, polillas, saltamontes y demás insectos. Y en el menor tiempo posible ingresar a nuestro lugar seguro, pero así y todo entrarían algunos mosquitos que una vez dentro de la tienda nos encargaríamos de matarlos uno por uno para poder dormir en paz, ya adentrada la noche y una vez conciliado el sueño comenzamos a escuchar unos gritos como de alguien asustado. Luego de salir despavoridos con el objetivo de ayudar en lo que sea nos dimos cuenta que era Tom que simplemente estaba soñando y comenzó a los gritos, a esta altura envueltos en nuestras risas, comenzamos nuevamente el ritual para el ingreso a la tienda y así esta vez poder definitivamente descansar en medio de los diferentes sonidos de una jungla totalmente intacta separada de nosotros por una simple tela.

A Tom lo alcanzaron las picaduras de mosquitos y Jejenes, algo inevitable para todos nosotros en estas aguas no tan ácidas.
Al otro día Heiko nos comenzaría a deleitar con un desayuno al estilo Heiko, la tostada con miel, el famoso sándwich de banana y todo acompañado del té negro hecho con agua negra del río y saquitos de té negro. Pero el tiempo no daba para relajarse y deberíamos seguir camino ya que el destino final estaba muy lejos todavía.
En el camino paramos en una playa formada por el río para un aseo personal y de la embarcación, poniendo todo en orden, buscando un lugar para almorzar y fotografiar lo pescado el día anterior.

Bajo la atenta mirada de John, Heiko y yo tomando fotografías de peces, quizás algunas nuevas especies.
Este lugar que usamos para el almuerzo y las fotografías del día anterior también era un punto en el cual Heiko tenía planificado investigar ya que detrás del río solo unas decenas de metros había una laguna que si bien era grande no cumplía con las expectativas ya que se conectaba permanentemente con el Río y por ende sus aguas no eran Negras, sino que iguales a las del Rio Jandiatuba.
Pero algunas cosas nos llamaron la atención entre ellas la cantidad de Papagayos o Arará también unas huellas de Tapir, algo que marca la no presencia del hombre. Esteban lo corroboró, el había estado cara a cara con un Anta, llamado así por los nativos al Tapir, contó que cuando él era pequeño y su padre pescador, una vez se encontraba durmiendo cuando se acercó un animal adulto, él sin moverse y apenas un niño se puso nervioso y sin querer emitió un sonido lo cual asustó al tapir, poniéndose en dos patas y corriendo llevándose por delante todo lo que se encontraba a su paso, una experiencia de mucho nerviosismo para un simple niño.
Algunas especies que capturamos en este lugar con los parámetros de PH: 6,20, Conductividad 9us y temperatura del agua 26,5C°, entre las más interesantes:

Un par de Candirú, (Trichomicterinae s. s.) existen varias especies de esta familia todas descendientes del único fosil del Plioceno temprano, descubierto en el Sur de la provincia de Buenos Aires, Argentina.
Luego del muy buen almuerzo de sopa de pescado con arroz, con la panza bien llena y muchas fotos tiradas partimos para seguir camino. Llegando un par de horas antes del anochecer a otra playa en la cual Heiko y Esteban comenzaron a buscar huevos de tortuga sin éxito. Ya era el momento de preparar el campamento nuevamente y así buscar un lugar donde pasar la noche, algo que no es tan sencillo como parece ya que Esteban era muy minucioso a la hora de acampar, esto es entendible porque estábamos a más de 600 km de cualquier poblado en un lugar inhóspito pero finalmente pudimos localizar un lugar seguro.
De hecho en una de mis exploraciones del lugar buscando algún acceso al pequeño Igarapé que nos bordeaba y a unos 10 metros de nuestra tienda nos topamos con una víbora que al estar a unos 2 metros adoptó una postura de defensa y por esos milagros de la vida la pude ver y no avanzar más por ese lugar, logramos fotografiarla con una cámara de un teléfono celular, aparentemente sería una Botrhops Sp. quizás una B. atrox llamada popularmente en amazonia “cabeza de lanza ”o “Jergón”, una serpiente muy venenosa y mortal inyectando desde 124mg a 362mg de veneno mortal, hay que saber que con sólo 62mg mata a un ser humano. Pero gracias a que todavía la vista me funciona pudimos evitar una mala pasada.
Luego de que despejemos el aérea comenzamos el fuego y las charlas sobre Amazonia, naturaleza o bien acuarios, estos momentos eran muy bien aprovechados por John porque al caer la noche los anfibios comenzaban sus cantos y John salía en busca de las mejores fotos tantos de estos animales como también de insectos, unas fotos realmente muy bellas que al final de este artículo podrán apreciar algunas de ellas.
Y aquí pescamos también de noche sobre el igarapé (arroyo) que pasaba bordeando nuestra estancia:
Al día siguiente y como siempre luego del desayuno partimos nuevamente subiendo el rio pero antes de eso nos toparíamos con Tucanes que sobrevolaban las copas de los árboles y hasta un clan de pequeños monos muy simpáticos pero tímidos una postal única y completamente paradisíaca escuchándose una cantidad de aves y sonidos diferentes, algo increíble y que lamentablemente no se ve muy a menudo.

Guacamayo Azulamarillo (Ara ararauna), también conocido como Papagayo Azul Amarillo. FOTOS JOHN LENAGAN
Ya apenas la embarcación tomo algo de velocidad Enrique y John junto a Domingo corroboraban la localización nuestra a través de un GPS siempre en busca de los puntos donde Heiko tenía previsto hacer un stop para revisar la ictiofauna del lugar.
Este punto ya era totalmente remoto y si bien estábamos a pocos kilómetros del punto más lejano del viaje notábamos que el río nos ofrecería más obstáculos como troncos o árboles enteros que deberíamos sortear para seguir camino como así también bancos de arena muy traicioneros, algo que llamo mucho la atención de nuestro guía ticuna Esteban era la presencia de Nutrias Lobo, unos animales que no se dejan ver por el hombre estaban a pocos metros de nuestra embarcación, dejando entrever que no estábamos tan solos como nos parecía. Nos decía Esteban que no es habitual verlas tan expuestas y se notaba que no estaban acostumbradas a ver al hombre ya que nos observaban con mucha curiosidad.

En el centro de la foto, la Nutria lobo o Nutria Gigante (Pteronura brasiliensis), este animal es el más grande de la familia Mustelidae que llegan a medir entre 1,5 y 1,8 mts. llegando a pesar unos 45Kg, viven en clanes. (Foto Tom Green)

El camino a seguir cerrado por grandes bancos de arena y árboles caídos al agua haciéndolo impenetrable para embarcaciones de gran porte.
Finalmente llegamos a un punto interesante sobre el Río principal ya que era la boca del Boa Vista, el afluente principal del Jandiatuba y en el cual Heiko centraba su exploración, la verdad que el agua del Boa Vista si bien no era agua negra como puede ser el Atabapo o el mismo Río Negro, era un agua que tenía mucho de taninos y algo de agua blanca, pero no dejaba de ser agua muy blanda y ácida.
Paramos cerca de esa boca y sobre la playa dentro del mismo Boa Vista, tiramos las redes con Heiko pescando sobre el margen principal del río para ver que especies podrían encontrarse tomando parámetros del lugar.
Con un PH de 5,88, Conductividad de 7us y una temperatura de 29C° algunos de los peces:
Y en un pequeño lecho de agua pescando mientras caía la noche pudimos ver las siguientes especies:
Heiko pescando en la noche sobre un pequeño arroyo.
Luego paramos en otro punto ya preestablecido por Heiko para pescar, otro pequeño afluente del Boa Vista y de aguas Negras, aquí pescamos algunas especies interesantes para la acuariofilia:

Pequeñísimo pez gato adulto, muy parecido a los de la familia de los Microglanis sp. Compárese con el tamaño de la fina arena.
Luego de pescar estas hermosuras paramos un rato a fotografiarlas en un lugar que si no era el paraíso estaba muy cerca, almorzamos pirañas dentro del agua donde pescamos pirañas.
Al día siguiente seguimos con la pesca en otro punto, este sería el más esperado y lejano de nuestra expedición, un afluente del Boa Vista bastante pequeño pero de agua negra con gran cantidad de hojas en su lecho y arena, este lugar posee una magia única ya que está intacto, completamente virgen, un arroyo que jamás han corrido un tronco o algún obstáculo para pasar o hacerse camino.

Obsérvese la diferencia de aguas de este igarapé de agua negra con el río principal El Boa Vista de aguas mezcladas.

Intentando pasar con la embarcación pero fue solo un intento, Enrique y John ayudando a guiarnos mientras lo contemplan todo.
Para acceder al Igarapé tuvimos que atravesar unos 600 metros por la densa selva ya que desde la boca no podíamos ver el acceso a pie de la cantidad de árboles que se encuentran en su desembocadura al Boa Vista. Y así fue que salimos muy temprano ya que Esteban unos minutos antes con machete en mano abrió el camino para que nos resulte un poco más accesible, estaba muy oscuro y húmedo hasta que llegamos al Igarapé.
Una vez que accedimos al pequeño río comenzamos a subirlo caminando sobre el lecho ya que la cantidad de troncos y árboles caídos era inmensa y por ende imposible de entrar con cualquier embarcación inclusive una canoa, había lugares con bancos de arena muy altos y en diferentes sectores las márgenes de este pequeño arroyo no se separaban por más de 5 metros con una intensa corriente. Heiko nos contaba que él pretendía, dentro de este Igarapé, encontrar esos lugares donde la corriente ya no es fuerte formándose piletones o charcas con mínima circulación de agua y así fue que caminamos unos 2 kilómetros río arriba en contra de la corriente y con el agua al pecho en varios tramos del río.
Pero algunas imágenes valen más que mil palabras dice el refrán:

Hermoso biotopo completamente virgen nunca visto por el hombre blanco, estaba intacto e impenetrable.
En un momento casi al borde de resignarse y volver con algunos Characidum sp. divisamos un pequeño biotopo donde Heiko cien por cien seguro sabía que ahí era el lugar a investigar , un lugar que simple vista no decía mucho pero cuando se está al lado de una persona con semejante experiencia no lo dudamos y bajo los parámetros de Ph 5,75, Conductividad de 7us y temperatura del agua de 26,5 C° a la sombra, el resultado fue el siguiente:

Otra vista del anterior biotopo en el cual también pescamos muchos tetras diferentes y Apistos. De fondo Tom y Chris.

Variedad de Gymnotus carapo juvenil de amplia distribución en Sudamérica, detalle de la cabeza con sus poros sensoriales.

Un pequeño pez gato que a Heiko le llamo mucho la atención quizás algo nuevo, este es un ejemplar adulto de unos 4 cm

Un momento histórico para nosotros, embalando la pesca del día con varias especies nuevas. El efecto de la caja estanca de la cámara solo enmarca el momento.
Luego de pescar durante toda la mañana nos dirigimos hacia alguna playa para poder fotografiar la gran cantidad de peces que encontramos (solo algunos mostramos aquí) más que nada porque Heiko necesitaba luz del sol en su esplendor y tiempo para que sus fotos luego sean estudiadas y chequeadas por científicos identificadores de especies.

Un alto de descanso y distensión en la playa amazónica, aquí de izquierda a derecha: Domingo, Enrique, Esteban y el autor
Por primera vez nos quedaríamos acampando en la playa, una decisión que nunca habíamos tomado más que nada porque los que usaban hamacas necesitan los árboles para poder armarlas, pero más allá de eso, la playa tenía sus peligros y lo fuimos comprobando a medida que pasaba la noche.
La postal era única y nos iba a permitir estar despejados de maleza y posibles insectos al alcance de la mano, también pescar desde la costa y aprovechar que muchas especies prefieren dormir en la orilla donde quedan totalmente dormidas casi en un mínimo de profundidad y así estar fuera del alcance de los posibles depredadores.

Nuestra insignificante tienda con la pared de jungla detrás. Esa es la proporción de la altura de los árboles.
Pasamos una noche excelente y Enrique no dejó oportunidad de probar con el sedal desde la playa pescando algo para el almuerzo del próximo día, un delicioso pez gato que después cocinaría Esteban para el deleite de nuestro paladar.
Luego pescamos unas horas durante la noche siempre contemplando la inmensidad de la jungla detrás y frente nuestro con sus infinitos sonidos nocturnos, una vivencia única en un lugar único y completamente virgen e inexplorado.
Algunos peces que pescamos desde la playa:
Finalmente nos fuimos a dormir y al despertar nos dimos cuenta que habíamos tenido algunas “visitas” alrededor de nuestra tienda, si bien antes de armar la tienda habíamos visto unas huellas de yacaré de más de un metro y medio aproximadamente (según Esteban) también por la mañana descubrimos estas nuevas de otro animal que ya mencionamos en este relato: la Nutria lobo o Nutria Gigante, seguramente atraída por el olor del pescado que había quedado en la arena o bien rastros de carnada a base de pequeños peces.
Por suerte fue sólo una anécdota más de tantas otras y la verdad que la noche en playa fue mucho más placentera por la brisa que corría y la no presencia de grandes cantidades de insectos que sí los había dentro de la jungla principalmente mosquitos por ser estas aguas no son tan ácidas.
Luego del desayuno y emprendiendo el regreso de cuatro días, partimos a visitar un punto muy interesante por la mañana y que nos iba a sorprender, llegamos a un Igarapé muy pequeño donde Heiko tenía previsto probar las redes, era un pequeño afluente del Boa Vista aquí algunas de las especies más interesantes o distintas de otros biotopos de esta expedición: Ph:6.06, Conductividad 7us y temperatura del agua 25,5C°
Por la tarde fuimos directamente en busca de otro punto para visitar que como siempre, Heiko tenía previsto pasar, ya nos encontrábamos en el Jandiatuba y habíamos regresado bastante kilómetros, pero este pequeño igarapé con su lecho prácticamente de hojas y muchas ramas y maderas estaba con escasa agua pero a diferencia de los demás pudimos pescar Rivulus sp, también Erythrinus erithrynus , Crenicichla sp.
Seguimos camino hacia un punto más, el Número 10 , un lago a pocos metros del Jandiatuba , estos lagos se forman con el antiguo curso del río, un lugar completamente inaccesible , y bastante particular como por ejemplo la cantidad de Palmas Yavarí que había en ese lugar era impresionante, estas palmeras tienen unas fuertes espinas y sus hojas también, atravesando cualquier calzado y provocando un fuerte dolor , de hecho tuvimos que ayudar a Heiko a sacarse espinas de sus pies que inevitablemente se clavan al estar diseminadas por todo el sustrato de esta parte de la selva, parece que las hojas de esta palma tardan mucho en degradarse y llega un punto que casi todo el lecho es espinoso. También me di cuenta porque le dicen Yavarí a esas palmeras utilizando el mismo nombre de comunidades bastante ariscas y agresivas hacia el hombre blanco e inclusive entre ellas.
Mientras Heiko tomaba unas fotos nosotros nos adentramos con la ayuda de Esteban ya que con su machete nos iba abriendo el camino, el problema fue que en busca de algunos Apistogramma y tratando de pescar algún Rivulus nos encontramos en un lecho de estilo arenas movedizas pero de fango con muchas hojas, el problema es que nos hundíamos tanto Enrique como Chris , Esteban y Yo en el fango hasta la altura del pecho y rodeados por doquier de unas grandes hormigas negras que recorrían el árbol que nos pasaba por nuestras cabezas hasta que en un momento las hormigas comenzaron a defender su territorio y se acercaban caminando por el agua, era inhumano estar ahí, completamente imposible y a esto se le sumaron unas sanguijuelas que atacaron las piernas de Enrique, ya hasta Esteban no podía soportar tanta agresión de la naturaleza, todos teníamos hormigas por todo el cuerpo y hasta mordiendo nuestros cuellos porque estas se arrojaban sobre nosotros desde las ramas del árbol.

Pierna de Heiko atacada por los Jejenes o borrachudos también llamados arenillas o moscas palomilla. (Phlebotominae)
Lamentablemente nos tuvimos que ir con unos pocos peces entre ellos Pirrulina sp. , Aequidens sp. y muchos apistos pero aparentemente nada de especies nuevas aunque muy complicado permanecer en ese lugar por más de 20 minutos. Cuando logramos alejarnos un poco de allí Enrique se dedicó a sacarse algunas sanguijuelas que le quedaban en sus piernas luego armamos el campamento, cena y a dormir ya con varios días en la jungla el cansancio se sentía así que aprovechamos a descansar porque al día siguiente nos esperaban unos hermosos biotopos para ser más preciso los últimos dos lugares a visitar el punto 11 y el 12.
Al día siguiente luego de una intensa lluvia que no afectó para nada nuestro descanso y que activó infinidad de cantos de anfibios y otros animales nos subimos a la embarcación desayunando en la misma ya que así ahorraríamos tiempo, muy valioso por cierto y para que mejorar aún el ya placentero viaje Esteban nos dibujó algunos animales con su nombre escrito en lengua ticuna.
Llegamos a un muy pero muy pequeño afluente pero que Heiko sabía que nos conectaba con una laguna detrás que se formo con el antiguo cauce del río y que generalmente se aprecian bien cuando se lo mira desde el google earth, aquí sólo se observaba un pequeño hilo desde el Jandiatuba, pero al entrar en él se abrió un mundo interesante, ya que esta laguna era enorme en sus dimensiones y sus aguas si bien no eran negras eran muy oscuras podríamos decir que una mezcla de aguas pero con una gran influencia de agua negra, seguramente no llega a ser negra porque en la estación lluviosa entra agua del Jandiatuba y se produce esa mezcla.
Dentro de esta laguna había un pequeño afluente que alimentaba a la misma y que venía desde el corazón de la jungla , cerca de su desembocadura se formaba un gran piletón donde se refugiaban grandes cantidades de cardúmenes de diferentes tetras, era algo hermoso poder contemplar eso totalmente virgen mientras las aves nos pasaban sobre nuestras cabezas nos adentramos en ese pequeño arroyo, con la suerte que logramos pescar P. Inessi, sí, la ubicación mas occidental de este Neón ( 3°42’14.0″S 68°55’27.8″W ), algo que no estaba en nuestros planes , todos comenzamos a saltar de alegría y nos emocionamos mucho, también pescamos unos hermosos Apistogramma sp. coloreados de un intenso azul, un posible Characidium enano nuevo (que Heiko no los confirmará en un tiempo) , Mesonauta sp. y varios tetras diferentes algunos que nunca he visto.
La temperatura del agua era de 30° al medio día, conductividad de 14us y un PH de 6,10.

Algunos peces del punto 11: Laetacara sp.,Aspredinidae, Megalechis sp, Pez hacha (quizás nueva especie), Nannostomus eques.
Finalmente llegamos al último punto de colecta el punto 12, este lugar era una laguna cerca del Jandiatuba pero sin conexión con el río solo en algunos años de crecida podría llegar agua desde el río, dejamos la embarcación con Domingo en la costa del Río Jandiatuba y nos adentramos unos pocos metros quizás unos 100 metros y ya estaba la laguna. Apareció ante nuestros ojos un círculo imperfecto de agua negra rodeada de vegetación que caía sobre la costa, un lugar con Yacarés, iguanas, decenas de aves y hasta serpientes, sí vimos otra Bothops sp, justo a unos 3 metros delante nuestro que por suerte nos vió ella primero y huyó hacia un montículo de ramas y árboles caídos.
El lugar era hermoso, con la fortuna que se encontraba una canoa que deberían usar los nativos para pescar en esa laguna, recordemos que ya estábamos de regreso y muy cerca a San Paulo de Olivenca a unos 100 km aproximadamente.
Esta canoa nos calzó perfecto para recorrer la laguna y tomar algunas fotos antes de iniciar la pesca, la cual la dividimos en diurna y nocturna con diferentes técnicas:
Los parámetros son de Ph 5,80, Conductividad 14us y temperatura 29C°, algunos peces:
Heiko comenzó la pesca nocturna en la canoa junto a Esteban, lamentablemente esta laguna no posee profundidad suficiente para albergar discus, este último punto de colecta era nuestra única esperanza de encontrarlos ya que los parámetros coincidían pero lamentablemente no los hallamos allí. Tampoco pescamos Pterophyllum sp en todo el recorrido.
Luego salió con la canoa Enrique y finalmente yo, pero nunca me voy a olvidar de la adrenalina de estar totalmente solo en la canoa entre los árboles que tocan mi cabeza e infinidad de sonidos muchos de los cuales no logré identificar.
Todos fueron a descansar y nos quedamos con Enrique contemplando ese paraíso en medio de la noche, queríamos aprovechar la última noche en tierra, pudimos pescar algunos peces más hasta que finalmente decidimos descansar ya que al día siguiente nos esperaría el regreso y este sería subiendo el Solimoes lo cual nos demandaba más tiempo de navegación que en total fueron unas catorce horas.
Al día siguiente levantamos campamento inmediatamente y salimos muy temprano, pararíamos a asearnos en el camino sobre el Solimoes, este estaba tan bajo que en medio del Río fue donde estiramos un poco las piernas observando el lecho de este mítico río amazónico.

Heiko y el autor cepillando los dientes en medio del Solimoes (un lecho de arena pura) (Foto Heiko Bleher)

Heiko en la inmensidad del lecho de arena del Río Solimoes. Obsérvese lo bajo que se encontraba en ese momento el nivel de agua.
Después del aseo personal y recorrer un poco el lecho de arena del Solimoes, emprendimos el recorrido hasta San Paulo de Olivenca un par de horas más de donde nos encontrábamos. En Sao Paulo compramos unos víveres para el último tramo hasta Leticia, un tramo de demoraría unas 8 horas aproximadamente en medio de una tormenta en plena noche.

Nuevamente en la ciudad, aquí en la cena despedida. De izquierda a derecha: Chris, Marcelo, Enrique, Heiko, John y Tom, Cenando Pirarucú (Arapaima gigas) y bebiendo Guaraná.
Ya entrada la noche llegamos a Leticia muy cansados , enterándonos de todas las noticias y acontecimientos luego de una semana sin contacto con nadie más que los que componíamos el grupo de Expedición, pudimos hablar con nuestros familiares y contarles nuestra gran aventura , a veces parece un detalle menor pero la no comunicación con nadie más que el grupo que estábamos de expedición sin ningún contacto con los seres queridos juega un papel importante en la fortaleza anímica de cada uno y luego de unos 8 días incomunicados pudimos establecer el contacto y contarles una aventura que jamás olvidaremos y que siempre llevare en mi mente.
Como despedida Heiko organizo una cena en un muy lindo restaurant para deleitarnos con un Pirarucú (Arapaima gigas) a la cacerola (Caldeirada) acompañado de una entrada del mismo pez en forma de finas tiras fritas, allí Heiko nos diría que la expedición había sido un éxito y que dentro de las 182 especies capturadas unas 20 aproximadamente serían especies nuevas para la ciencia.
Al día siguiente nos despedimos en el aeropuerto de Bogotá ya que nosotros iríamos para Argentina, Tom hacia Londres y los demás seguirían de aventuras hacia Inírida en busca de más nuevas especies en el Río Atabapo.
Gracias a Heiko, John, Chris, Tom, Domingo, Esteban y Enrique por compartir esta experiencia tan llena de pasión por la naturaleza especialmente los peces ornamentales.
Algunas fotos de John Lenagan que merecen la pena admirarlas y darse cuenta que en la jungla nunca uno se encuentra solo:
Agradecimientos:
A Heiko Bleher por dejarnos entrar a su apasionante trabajo como también a John, Chris, Tom, Esteban y Domingo por compartir esta expedición y varias de sus fotos.
A Enrique por acompañarme en estas ya grandes y serias aventuras compartiendo la pasión por este hobby.
A mi familia por aguantar a este loco de los peces desde hace años.
Links de nuestros amigos:
Heiko Bleher:
http://www.aquapress-bleher.com/
https://www.facebook.com/heiko.bleher?ref=tn_tnmn
John Lenagan
http://www.redbubble.com/people/legslenagan?ref=breadcrumb
Chris Englezou
NOTA:
Las fotos son propiedad de wildfishaquarium.com salvo las que están aclaradas a su pie.
Estas fotos han sido modificadas en su tamaño, para quien desee se encuentran a disposición en alta resolución.
Videos:
Jorge Marcelo Fernandez
: http://www.tvcnetworks.mx/videos/expedientes-tvc-heiko-bleher-ictiologia-9561
Mira mi entrevista in Mexico el 16.12.2014 de 1 ora, si no lo tenien visto, porque tenia en todo latinamerica en la TV – feliz navidad a todas familias Marcelo y Flaco, siempre Heiko
Gracias Heiko , Siempre va a contar con dos amigos argentinos !!
Un gran abrazo a Ud y su familia.
Saludos Marcelo y el flaco.
http://www.tvcnetworks.mx/videos/expedientes-tvc-heiko-bleher-ictiologia-9561
Mira mi entrevista in Mexico el 16.12.2014 de 1 ora, si no lo tienen visto, porque tenia en todo latinamerica en la TV – feliz navidad a todas familias Marcelo y Flaco, siempre Heiko
http://www.tvcnetworks.mx/videos/expedientes-tvc-heiko-bleher-ictiologia-9561
heiko habla com Domingos de aka de leticia amazonas comunicame urgente quiero saber del viaje del yavari rio galvis telefono +55991416619 brasil colombiano 3125555455
Hola Domingo! Ya le digo a Heiko!
heiko habla com domingos cominicame urgente 3125555455 colombiano
YA le pase a Heiko!
abrazo Domingo y espero que estes bien!